Los Valores y la Educación
(UN BIEN QUE PERDEMOS DÍA A DÍA)
Por
Licenciada Mónica Rosenstein*.
Los valores se viven en el hogar y se transmiten como una forma de vida.
La familia debe ser revalorizada como la institución generadora de vínculos esenciales destinados a perdurar en el tiempo y a impulsar la construcción de un mundo de valores y principios que ninguna circunstancia pueda modificar fácilmente en homenaje a formas ocasionales de envilecimiento o de autodestrucción. La sociedad debe mirar a la familia como lo que siempre ha sido y debe seguir siendo: la principal garantía de una fidelidad a conceptos esenciales que habrán de acompañarnos, en la generalidad de los casos, hasta el fin de los tiempos. El legado de una familia puede cambiar en determinados terrenos y en determinados contenidos, pero rara vez cambiar en las lecciones o en el rumbo que emanan de las formas y de las emociones fundantes. Reconocer la importancia de esas formas y de esas emociones es, en la mayoría de los casos, aceptar la propia identidad. Es decir, mirarse en un espejo interior que rara vez nos defraudará.
Ahora qué sucede familiarmente cuando la familia es vulnerada en sus derechos, hablamos de la baja calidad de recursos, hablamos de situaciones de calle, hablamos de desocupación, maltrato social, acoso laboral, acoso sexual, abusos de poder. Cuáles son las consecuencias que sufre la familia frente a los daños sociales que se le imponen, y que redunda en situaciones de riesgo en cada uno de sus miembros.
Pensemos por un momento, en todo lo que ocurre a una familia cuando el padre queda sin empleo, cuando el hijo mayor, encuentra en su grupo de amigos la posibilidad de consumir marihuana libre, cuando la mujer es acosada sexualmente en su trabajo, cuando la obra social no cubre la anestesia para su hijo, éstos y otros ejemplos, daña profundamente el núcleo familiar, han sido vulnerados sus derechos: a la educación, al trabajo, a la vivienda digna, al trabajo, al pago acorde al trabajo que realiza, a la recreación y tiempo libre, a la salud, etc.
El sistema familiar se debilita, sus componentes están dañados, el sostén es vulnerable, entonces sucede lo peor, la implosión, el estallido interno, no hay más recursos para sostener la familia, no hay resto emocional ni material para contener desde adentro ésta célula de la sociedad, entonces, abandono, separación, violencia, drogadicción, suicidios, y otros.
Esto genera una situación muy particular para cada familia, por lo que debemos ser muy respetuosos a la hora de aconsejar, emitir un juicio, decir cómo hacer las cosas, cada uno debe buscar la manera de manejarlo, podemos ofrecer herramientas, recursos, poner a su disposición lo que sabemos, para que ellos tomen lo que creen que les puede servir, y si no, volver a intentar. Una mirada sistémica en éste tema es lo mejor, pensar que la familia es un sistema inmerso en otros, es una conjunción o mejor una intersección de redes sociales, en los que se pone en juego un sin fin de situaciones y que resolverlas no es nada fácil. No es que no se pueda, ni sobrar la situación ni subestimar la familia, pero seguro habrá más de una solución posible, por lo que podemos ayudar a buscar la más conveniente, la más adecuada para ellos, en ese momento, en ese instante. Que seguro no será la misma para otra familia en situaciones similares.
Es un desafío poner en práctica esta habilidad de la escucha, la mirada múltiple, y sobre todo la interdisciplinariedad de las intervenciones. La resiliencia es la capacidad de una persona o grupo para seguir proyectándose en el futuro a pesar de acontecimientos desestabilizadores, de condiciones de vida difíciles y de traumas a veces graves.
Cuando buscamos como valor supremo el defender las oportunidades para mejorar la calidad de vida del ser humano, cuando buscamos la optimización de recursos que nos ofrece el medio, cuando estamos dispuestos a poner nuestra subjetividad al servicio de los demás, entonces podremos lograr un trabajo integral, podremos hacer de nuestras intervenciones, ya no un asistencialismo, sino una tarea que construye oportunidades para el futuro.
Leé la parte I: https://eireneargentina.org/?p=2414
Leé la parte II: https://eireneargentina.org/?p=2429
*Mónica Beatriz Rosenstein es tallerista de Eirene y profesora del ISFI el Instituto Superior de Formación Integral de Eirene Argentina.
Este material ha sido elaborado con fines exclusivamente didácticos y otorgado a Eirene por su autora. Prohibida su reproducción total y/o parcial.
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