Compartimos el testimonio de dos matrimonios estudiantes del Curso de Asesores Familiares a distancia (CAFd).
Beatriz y Claudio Serrano
Los saludamos desde Tandil, una ciudad serrana ubicada al centro de la provincia de Buenos Aires. Estamos casados hace veintiocho años y nuestra familia se completa con ocho hijos, cuyas edades van desde los veintisiete a los nueve años. Cuando nos casamos éramos prácticamente adolescentes. Decidimos unirnos, pero no teníamos un proyecto de familia definido.
Enfrentábamos las cosas según iban surgiendo, y así anduvimos durante más de trece años, hasta que un día Dios nos rescató del violento mundo del rock, donde la música y la intolerancia eran nuestro pan diario. Nuestra vida cambió, al igual que nuestras relaciones. Tres de nuestros hijos son anteriores a este hecho, y cinco son posteriores. Aún es frecuente tener que resolver conflictos planteados por los tres mayores que vienen de aquella época.
Hace quince años comenzamos a andar y a crecer como nuevas criaturas, pero aun así nos faltaba algo. No podíamos establecer límites claros a nuestros hijos (menos aún a los mayores), no teníamos definidos los roles, nos faltaba un proyecto, cualquier tema se convertía en conflicto y mostraba nuestra incapacidad para salir positivamente de la situación. Pasamos largos períodos de depresión y las crisis fueron cada vez más frecuentes, hasta que un día llamó nuestra atención un aviso en la revista Kairós acerca del Centro Familiar EIRENE. Analizamos la posibilidad de realizar el Curso de Asesores Familiares, en principio para empezar a comprender qué era aquello que hacía tantos años estábamos tratando de ser, sin alcanzarlo: una familia.
A mediados del año 2003 decidimos comenzar juntos el curso a distancia, y realmente se produjo un milagro en casa. Por primera vez experimentamos el beneficio de emprender un proyecto juntos, un proyecto que nos permitiera crecer como pareja, equilibrar nuestras relaciones con nuestros hijos y, tal vez, en un futuro, ayudar a otras familias en conflicto.
Cuando recibimos el primer material, todo fue un descubrir cosas nuevas en cada párrafo, cosas que siempre nos habíamos preguntado y que no tenían respuesta en nuestra formación eclesiástica tradicional y fundamentalista. Paso a paso, comenzamos a salir del molde religioso y encontrar la verdadera libertad en Cristo.
Durante el estudio, conocimos cada una de las etapas que deberíamos haber transitado, muchas de las cuales salteamos. Comenzamos a proyectar nuestra familia, cerrando las viejas puertas que quedaban abiertas tras cada crisis. Estamos aprendiendo a entender las diferentes etapas por las que atraviesan nuestros hijos, lo cual nos ha ayudado a comprender sus actitudes y a cambiar las relaciones. Pudimos entender que ciencias como la psicología y la sociología son herramientas útiles para la resolución de conflictos. Aprendimos que al nacer de nuevo alcanzamos no sólo una salvación personal sino también la pertenencia a una familia, «la familia de la fe», en la cual podemos crecer, nutrirnos y fortalecer los vínculos de nuestra propia familia. También nos enfrentamos con nosotros mismos como seres individualistas y hedonistas. Aprendimos que «aquellos que no tienen conflictos, o dicen no tenerlos, están estancados, no pueden crecer». Ahora sabemos que cada etapa, y cada hecho nuevo de nuestra vida, nos enfrenta con una crisis que debemos aprender a resolver. Nuestro camino recién comienza, y esperamos con gratitud que Dios disponga la oportunidad de ayudar a otros.
Para concluir nuestro primer año como alumnos del CAFd, fuimos invitados a participar de un PEM (Programa de Enriquecimiento Matrimonial), organizado en la ciudad de Azul por nuestros compañeros de curso Marisa y Omar Freiberger. Fue una experiencia clave para nuestro matrimonio, ya que fortalecimos temas como la comunicación, los roles, la sexualidad en el matrimonio y la resolución de conflictos. Ahora estamos planificando, junto a otros tres matrimonios de Tandil, la realización de un PEM en esta ciudad, el cual se realizará los días 21 y 22 de febrero de 2004. ¡Queremos ser canales de bendición para otros matrimonios!
Marisa y Omar Freiberger
En el actual contexto de decadencia de valores morales, éticos y espirituales que nos toca vivir, Eirene ha implementado una serie de cursos orientados a capacitar personas que desean que la familia sea aquello que Dios planeó en el principio. Estos Cursos de Asesores Familiares a distancia (CAFd) nos ofrecen herramientas útiles y actuales que en adelante podremos utilizar para encausar, orientar y acompañar tanto a las familias de nuestras iglesias como a las de nuestra sociedad. Estas herramientas llegan a nuestras manos a través del equipo de personas capacitadas de Eirene, quienes nos suministran un material de estudio altamente calificado a través de internet y correo electrónico.
Los Talleres «Cómo trabajar en grupo», «Violencia familiar» y «Resolución de conflictos» nos permitieron ampliar nuestro horizonte, nos abrieron los ojos para ver el grado de necesidad que hay en nuestra sociedad y las alternativas valederas que podríamos ofrecer. También tuvimos la alegría de organizar y participar del PEM (Programa de Enriquecimiento Matrimonial) en la ciudad de Azul, en noviembre pasado, en el que contamos con la invalorable ayuda de José y Nilda Núñez, quienes nos introdujeron en el maravilloso mundo del matrimonio y sus problemáticas. Los matrimonios de Azul y Tandil que asistimos a este encuentro somos conscientes de haber sido grandemente bendecidos en cada aspecto de nuestra vida. Estamos agradecidos a Dios y a todos los que asistieron y colaboraron con nosotros. ¡Dejamos abierta la puerta para seguir trabajando y para hacer el PEM-2 durante este año 2004!
Como Asesores Familiares, podemos ser útiles en nuestra sociedad. Sabemos que el propósito de Dios es que las familias sean sanas, que sean el ámbito donde esposo y esposa desarrollen todas sus capa-cidades individuales, sin descuidar lo que es común a ambos, y donde los hijos puedan criarse y educarse con valores espirituales, éticos y morales que no pasan de moda.
¡Dios nos bendiga y ayude a continuar adelante con el desafío de plantear a las familias un retorno a él como la verdadera fuente de la vida!