Mantengámonos firmes sin titubear en la esperanza que afirmamos, porque se puede confiar en que Dios cumplirá su promesa. Hebreos 10:23 (NTV)

Vivimos en un mundo en constante movimiento. Somos parte de un país que se debate entre diversos proyectos políticos. Todos los días transitamos por una ciudad que nos presenta nuevos desafíos. Nuestras familias cambian y buscan su crecimiento (o decrecimiento). Nosotros mismos somos influenciados por los medios masivos de comunicación y, muchas veces, sin percibir el origen concreto de esa influencia.

En este contexto de vida, uno de los grandes problemas que enfrentamos como seres humanos es la falta de estabilidad. La falta de estabilidad laboral y financiera, la falta de estabilidad familiar, personal, y también espiritual. La velocidad de los cambios hace que no sepamos muy bien “dónde estamos parados” ni mucho menos “hacia dónde vamos”.

Hace un tiempo leía un fragmento de la carta a los Hebreos (10:19-25) y me surgieron algunas preguntas relacionadas a este tema. Según la Palabra de Dios, sus hijos tenemos la bendición de mantenernos firmes y sin titubear (v. 23), esto es, gozar de estabilidad espiritual, no importa la circunstancia por la que estemos atravesando.

Aunque no podamos negar la influencia de nuestro entorno en el resultado de nuestras acciones, la Biblia nos invita a caminar en plenitud y estabilidad espiritual. ¿Estás listo?

Oración: Señor, en medio de tanta confusión e inestabilidad puedo tener la certeza de que guías mis pasos según tus propósitos. Amén.

*Devocional escrito por el Lic. Matías Gutawski

Publicado originalmente en «Juntos en tu Presencia 2017», Confederación Evangélica Bautista.