Entrevista a Silvia Correa: «Me preocupan los temas que nos atraviesan como familias y que tienen pocas respuestas por parte de líderes o iglesias»

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Silvia Correa se presenta como Técnica Superior en Orientación Familiar y Miembro de la Mesa Directiva de Eirene.
Pero su historia -y presente- dice también que tiene tres hijos: Pablo, Alejandro y Julieta. Y si tuviese que agregar algo más a su presentación diría convencida «me gusta estudiar, capacitarme, ayudar y servir a otros».  De ayudar, y de temas vinculados a la familia -y al Taller de violencia del que participó- hablamos con Silvia en la entrevista que sigue a continuación.

Silvia, cuales fueron sus impresiones, sus sensaciones, tras el Taller «Que nos pasa con la violencia», del que participó en Eirene?
El taller me pareció excelente. Creo que los panelistas eran de una tremenda calidad en sus vidas y en la forma de exponer tan claramente el tema.

¿Piensa que la violencia a las mujeres y en general, la violencia intrafamiliar, creció o está más expuesta por los medios de comunicación?
Creo que la violencia ha crecido y seguirá creciendo a menos que tomemos conciencia y trabajemos de tal forma en la prevención que pudiéramos lograr hacer algo. Está expuesta por los medios, pero no sé si desde la perspectiva correcta. Es como que se deja caer un velo de duda sobre la o las víctimas.

-¿Cómo debería ser el tratamiento a un caso de violencia familiar?
Antes que nada, creo que lo más importante es saber que cada caso, cada historia es única, entonces no hay mapas o recetas que se puedan dar como si esto fuera un postre o algo que se debe hacer porque da resultado.
En segundo lugar, el respeto y el ganarse la confianza de la víctima es fundamental.
Saber guardar lo que la víctima cuente es fundamental. Dar o brindar espacio de confianza para que la persona pueda hablar o no y que no se sienta mal de no hablar. Darle contención. Hacerle saber de su valor como persona.
Hacerle saber que tiene derechos, que no está enferma, que no está sola, que es creíble, que se le cree es lo más importante porque la víctima llega con la amenaza por parte del victimario de que nadie le va a creer.
Darle tiempo hasta que la persona pueda hablar o tomar decisiones por su cuenta.
Y que la víctima sepa que no la dejaran sola ya que lo que viene o tendrá que enfrentar no será nada fácil.

-Más allá del tema de la violencia, ¿Cuáles son las preocupaciones más comunes que le trasmiten los familias hoy por hoy?
Creo que las familias de hoy viven la presión de la sociedad, diferentes cosas que vienen de afuera, droga, bebidas, vida light, falta de compromisos, hijos que se aburren, redes sociales, sexo, violencia, desidia, la tecnología!! Cosas que presionan de afuera y los padres no tienen respuestas, no saben cómo manejar estas cosas con sus hijos. Es como que los padres deben pedirle permiso a sus hijos para hacer o decidir, se han invertido los roles en la mayoría de los casos. Padres permisivos o que adolecen, padres que se hacen compinches de los hijos con tal de ganar su confianza y terminan perdiendo autoridad o el ejercicio de su rol.

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-Más allá de lo que le transmiten, ¿cómo ve la realidad familiar?
Veo familias desorientadas, desinformadas, con falta de atención y poco compromiso. Lo que más me preocupa es la falta de compromiso. Creo que la sociedad es el reflejo de la familia si miramos a la sociedad, tenemos tanto para criticar y corregir y discutir y señalar y creo que todo esto en cierta forma es lo que pasa de las puerta adentro.

-Si tuvieses que elegir el principal aporte de Eirene a favor del fortalecimiento de las familias, ¿cuál sería?

El compromiso de Eirene hacia la familia, las herramientas que intenta dar para ayudar a cada familia a asumir su compromiso de familia como base de una sociedad sana, es de los que más valoro.

-Esta pregunta es libre, le damos total libertad para cerrar con el tema que quieras (o para ampliar alguno de los temas que tocamos).

Creo que lo que más me pesa en este tiempo son estas cosas que nos atraviesan como familias y que tal vez tienen poco trato o pocas respuestas por parte de líderes o iglesias, tal vez no en todas. Como que ni las familias por ahí son conscientes de lo que les pasa. Como que nos abocamos a otras cosas pero no al acompañamientos de nosotros y los nuestros. Hay tantas actividades o cosas por hacer que no tenemos tiempo para los nuestros y cuando lo tenemos no hay ganas porque estamos cansados y queremos descansar y no salir o no hablar o hace lo que quieras que estoy cansado, no me molestes, necesito reponerme porque mañana tenemos que ir a trabajar y ahí me requieren al 100 %. ¿Se entiende?
Y así nos vamos formando…

Entrevista realizada por el Dto. de Comunicación de Eirene.

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