por María Elena Mamarian
“Que Dios, que da esperanza, los llene de alegría y paz a ustedes que tienen fe en él, y les dé abundante esperanza por el poder del Espíritu Santo” (Romanos 15:13).
Entramos a un nuevo año. Quedaron atrás el balance del año que pasó, la evaluación de lo realizado, la satisfacción de lo alcanzado y la frustración de lo que no pudo ser.
Ahora, una página en blanco se abre al iniciarse el 2011.
Por delante, las ideas, los planes, los sueños, proyectan las luces de lo que deseamos.
Pero, con la misma intensidad, los temores, la incertidumbre y amenazas variadas, proyectan las sombras sobre lo que intentamos alcanzar.
Eirene, como Asociación Civil, no escapa a estas realidades humanas.
Entramos a un año especial: nuestro cumpleaños 15 en Argentina, y queremos celebrarlo en setiembre con un Congreso sobre Familia. ¡Ya están en marcha los preparativos!
También celebramos la aprobación oficial de la Tecnicatura Superior en Orientación Familiar. ¡Y queremos muchos inscriptos para el mes de marzo!
Y así, los planes se multiplican: nuevas proyecciones para el Centro Familiar, la organización de los talleres de febrero y de mayo, nuevos Cursos, Retiros para novios y matrimonios… y podríamos continuar.
Sin embargo, diversos temores aparecen como nubes oscuras en el cielo de nuestras ilusiones. ¿Podremos disponer de suficientes recursos humanos para tanta tarea? ¿Habrá muchos voluntarios dispuestos? ¿Dispondremos del dinero necesario para traer al orador invitado desde España para el Congreso? ¿Se inscribirán los alumnos suficientes para sostener la Tecnicatura?
Y así podríamos seguir enfocados en nuestras incertidumbres y temores. Queremos y necesitamos ser realistas, porque hace a nuestra responsabilidad como institución.
Los sueños y las realidades, los desafíos y las responsabilidades, los proyectos y las dificultades, se entrelazan a cada paso, predominando unos u otros.
Más allá de los sentimientos encontrados y de nuestras humanas incertidumbres, estamos seguros de que Dios nos llama a continuar con la misión de trabajar por el fortalecimiento familiar.
Y también estamos seguros de que no nos deja solos. Nos invita a renovar nuestra confianza en Él, de quien procede toda esperanza, para que experimentemos alegría y paz en el servicio, también en el 2011.
Oración: «Señor, gracias porque Eirene Argentina está en tu propósito, y podemos decirte junto con el salmista: “Mas yo en ti confío. Digo: Tú eres mi Dios. En tu mano están mis tiempos” (Salmo 35:14,15). Que nuestros amigos y amigas también puedan poner sus planes y sueños en las mejores manos, en las tuyas, renovando así su esperanza. Amén»