En la primera parte de esta entrevista (publicada el viernes pasado), el Lic. Agustín Sosa nos contaba los preparativos y el comienzo del viaje, junto a Jorge Galli, para dar en Cuba materias de la Maestría en Pastoral Familiar. No fue una travesía sencilla, pero una vez que pudieron llegar al lugar (Santiago de Cuba, que está a 880 km de la Habana), llegó lo mejor-y los más esperado- del viaje.
«Destaco que en el viaje pudimos apreciar paisajes y comprender un poco más la forma de vida allí. Lo más importante fue el recibimiento: Los organizadores y alumnos nos esperaban con una sonrisa y calidez inusitada, lo cual nos reconfortó de inmediato, quedando en lo anecdótico los detalles anteriores del viaje», manifiesta el Lic. Sosa.
“Cuando llegamos nos avisan que ahí no nos podíamos quedar a dormir, ya que los que contaban con visa turística-era nuestro caso- tienen que hospedarse si o si a un hotel en Santiago a unos 10 Km. El gobierno podría haber multado gravemente al Seminario si nos hospedaban sin visa religiosa. Un remís nos llevaba y traía todos los días. «En lo personal fue una pena no estar en el Seminario porque más allá del cansancio y más viajes, perdimos durante la tarde- noche la posibilidad de compartir, dialogar y profundizar las experiencias de aprendizaje con el maravilloso e inolvidable grupo de alumnos».
Después de los contratiempos, llegaba el momento esperado: «Finalmente, gracias a Dios, a las oraciones y al enorme empuje de los hermanos, en especial del matrimonio que organizaba allí el encuentro pudimos realizar la experiencia educativa”.
«El grupo de 27 alumnos», sigue relatando el Lic. Sosa, «que asistió a las clases fue seleccionado para aprender y multiplicar lo aprendido. Estos hermanos en Cristo son sencillamente deslumbrantes, por su calidad humana, fe y vocación. Contamos con Pastores, Misioneros, Educadores, Psicólogos y Médicos. Todos un ejemplo de resiliencia, de amor a Dios y a su pueblo».
“La evaluación final de ellos fue positiva”, amplía Agustín Sosa y agrega “Me refiero a la recepción de las clases y las tareas encomendadas. Nos calificaron como una muy buena experiencia”.
“Este viaje me sirvió para aprender del pueblo de Cristo en Cuba, la vocación de vivir por Fe como recurso principal para extender el mensaje de Cristo. También a valorar lo que tenemos a disposición y que muchas veces no utilizamos o agradecemos como deberíamos. Desde papel y lápiz, jabón, …hasta antibióticos, baterías para Notebooks, todo es difícil de conseguir allí», relata con pesar Agustín.
«Es por ello que, en la medida de nuestras posibilidades no olvidemos a los hermano del Caribe ofrendando orando por ellos. Qué además sufrieron recientemente la devastación del Huracán Irma”, concluye Agustín Sosa, añorando una experiencia que llevo a Eirene al exterior y que tuvo de todo, como para no olvidarla fácilmente.
Entrevista realizada por el Dto. de Comunicación Eirene.
¿Te perdiste la primera parte? Leela acá: https://eireneargentina.org/?p=893
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