por Lic. Myriam Biondi , Coordinadora del Centro Familiar Eirene.
(mandarlo por mailing junto a la apertura del nuevo centro en zona oeste)
En una reunión de equipo con nuestro supervisor: Lic Gustavo Valiño, hablamos del tema de la crisis, como nos atraviesa, de qué manera nos afecta, cómo actuamos ante ella. Quiero compartir con ustedes algunos conceptos interesantes de nuestro encuentro.
Cuando nos enfrentamos a problemas reales, nos genera incertidumbre y activa nuestras “alertas”, elevando el grado de ansiedad. Ante estas situaciones cada uno responde de acuerdo a su estilo de reacción.
Muchas veces el problema es que cuando estamos atravesando una crisis, sea: económica, familiar, laboral, personal, etc. Lo primero que tendremos que aceptar, es que la realidad que teníamos cambió. Existe una nueva realidad. Un ejemplo muy gráfico de nuestra argentina reciente: por más que sigamos actuando como que el dólar está a 20, ya no es así, el dólar aumentó. De esta manera, también otras crisis, producen cambios en nuestra realidad, si no lo percibimos y aceptamos, aumentará nuestra incertidumbre.
Ya mi hijo no es un niño, es un adolescente, esta situación laboral cambió drásticamente, es muy probable que no será como antes, etc. No hay posibilidad de retorno a la antigua realidad, porque algo cambió.
Ante la nueva situación, continuar enfrentándola con antiguos patrones, ya no nos sirve. Tendremos que elaborar de manera racional: poniéndole palabras, habilitando espacios de diálogos, escuchando alternativas, buscando ayuda, buscando nuevas
estrategias; también deberemos realizar una elaboración emocional: habrá que atravesar el duelo, que lleva tiempo y si lo hacemos con recursos más flexibles, integraremos paulatinamente esta nueva situación.
La crisis me obliga a tener que enfrentar, esta nueva realidad. El modo en que la encare, podrá ser más saludable o no, más beneficioso o perjudicial para nuestro modo de vivir, aumentará o no nuestro nivel de ansiedad o aislamiento. Si se desencadena una elaboración rígida: donde continúo utilizando los mismos recursos que antes, aunque no me sirvan para esta nueva situación, no intento nada diferente, haciendo lo mismo, aunque todo haya cambiado.
O en el otro punto: enfrentando de manera negadora: no puedo aceptarla, no veo que hay una nueva realidad ante mí, sigo actuando como si todo fuera igual que antes, el dólar para mí sigue estando a 20… Finalmente, en otras ocasiones, es el cuerpo el que comienza
hablar, lo que no se ha logrado expresar con palabras, ante nuestro silencio psíquico…
Cuando aceptamos que existe una nueva realidad, podremos activar nuevos recursos: emocionales, familiares, comunitarios, espirituales, materiales. Entonces la crisis se convierte en una oportunidad de crecimiento y cambio. Habremos aprendido a solucionar con nuevas habilidades, que adquirimos por atravesar esta crisis, de manera
más flexible, con apertura a buscar soluciones alternativas, generando nuevos aprendizajes, finalmente creciendo como: persona, familia, comunidad, en lo espiritual, en lo laboral.
Algo esencial, la esperanza. A quien le damos el control de esta nueva realidad que atravesamos. ¿Recurrimos a Dios buscando su guía? ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová que hizo los cielos y la tierra.
Ponete en contacto con el Centro Familiar Eirene:
Se puede solicitar turnos al teléfono 4304 – 7967 los días lunes, miércoles y viernes de 10 a 15 hs, escribir a: centrofamiliar@eireneargentina.com.ar
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