María Elena Mamarian es una de las voces y referentes indiscutidas de Eirene. Con una trayectoria profesional que habla por sí sola ( Psicóloga clínica egresada de la Facultad de Psicología de la UBA, Ex docente de la Universidad de Buenos Aires y autora de varios libros como “Rompamos el silencio –prevención y tratamiento de la violencia en la familia”- y “Esperanza en medio de ilusiones perdidas”), actualmente es Coordinadora del Centro Familiar Eirene.
-María Elena, ¿En qué año te sumaste a Eirene?
En 1998 fui invitada a integrarme como docente de la materia Ciclo Vital Familiar en el Curso de Asesores Familiares. Desarrollé esa tarea durante varios años. ¡Fue una experiencia muy gratificante!
En el año 2000 comencé con la tarea de coordinar el Centro Familiar, el área asistencial de Eirene, además de integrarme a la Mesa Directiva. En ese entonces, sólo dos psicólogos y una abogada integraban el equipo. En la actualidad, tenemos un equipo de doce profesionales psicólogos/as, un psiquiatra y dos abogadas.
–Desde que comenzaste en el Centro Familiar hasta la actualidad, ¿qué problemáticas familiares has visto como las más recurrentes?
En el Centro Familiar atendemos problemáticas individuales –niños, adolescentes y adultos-, de pareja y familiares. Los motivos de consulta son de lo más variados. Entre los individuales: duelos, dificultades escolares y de conducta (en niños y adolescentes), problemáticas de orientación vocacional, trastornos de ansiedad y depresivos, violencia familiar, y otras crisis.
En las consultas de parejas: la incomprensión, las dificultades de comunicación, las crisis de infidelidad y otras crisis, problemáticas sexuales, maltrato.
-Y también aparecen las consultas específicas de las familias…
Sí,entre estas consultas aparece la dificultad en las distintas etapas evolutivas –tanto individuales como familiares-, por ejemplo, la adolescencia de los hijos, su creciente independencia, los límites, conflictos entre padres e hijos, etc.
Entre las problemáticas más graves encontramos las distintas formas de violencia familiar: en la pareja, abuso sexual contra niños, niñas y adolescentes.
– Cuando alguien te pregunta por qué estas en este ministerio a las familias, ¿qué le respondes?
Por un lado, me atrapó el clima fraterno que siempre se respiró en Eirene. Confianza mutua, gracia, misericordia, libertad, promoción del crecimiento individual y grupal… no son fáciles de encontrar en las instituciones. En Eirene se encuentra. No sólo en el Centro Familiar sino en todas las áreas de la Asociación.
Por otro lado, consciente de las dificultades y amenazas que se ciernen sobre las familias, comparto la visión de fortalecer a las familias de nuestro país –y de otros países latinoamericanos- desde el aporte particular que Eirene brinda. Me siento parte de un equipo valioso en muchos sentidos y eso no es poca cosa.
-¿En qué medida y de qué forma la crisis de las familias se traslada a las Iglesias?
Es claro que las crisis de las familias impactan en el seno de la iglesia. Y es lógico que sea así porque la iglesia no puede y no debe vivir en una burbuja. La iglesia es familia de familias, es la familia de Dios en la tierra. La iglesia tiene la función –entre otras- de acompañar eficazmente a personas y familias en su desarrollo humano, lo cual incluye las crisis. Del mismo modo, la iglesia se enriquece por el aporte de las familias, aun en su imperfección humana.
En la imagen, una reunión del Centro Familiar Eirene.
(La entrevista a Maria Elena Mamarian, continúa la semana que viene)
Abrazo a mi familia de Eirene! Maria Elena, Pr. Galli, cuánto me han bendecido y ayudado. Infinitas gracias!!